Volvió su cabeza y vio todo aquello que tanto lo había marcado y que deseaba dejar atrás. Tomó sus pinceles, algunas hojas y unos cuantos colores. Los anudó ciegamente a su inspiración y a todas sus agallas. Así, sin caminos demarcados por otros, comenzó a asentar esa señal que imprime el pie del hombre en la tierra por donde pasa.

Raúl Schurjin nació en la Mendoza americana a comienzos del siglo XX. La docencia adoptó su carne y las bellas artes su esencia. El litoral santafecino unió en abrazo el sentir de su paleta con esas telas en las que quedaron todos los retratos, las naturalezas muertas, las estampas de la vida humilde y cotidiana… y también ellas, las costeritas, que aún esperan… por siempre esperan.

Su marcha independiente no impidió que, con la valiosa ayuda de unos pocos, encontrase el modo de dar a conocer sus creaciones en diversos puntos de nuestro país y del exterior; especialmente en Europa, al igual que en Japón, región a la que se sintió ligado por el dolor, producto del feroz accionar bélico humano.

Su característica obra, sencillez y sensibilidad lo vincularon con destacados colegas y demás talentos provenientes de las arenas de la música, la danza, la fotografía, la actuación y las letras.

El tiempo pasó y con él su vida. Aquella primitiva huella, la de la inicial pisada que en 1907 sólo tuvo por guía al destino invisible, se convirtió en su homónima, al inscribirse como un camino hecho por el paso constante de un hombre, que con tenacidad sostuvo sus inclinaciones y criterios artísticos.

Las horas siguen transcurriendo y aún es duradero aquel vestigio profundo. Existe puro para quien lo busca ese intenso rastro… Lo que fue incierto entonces, sendero es hoy en día.

Bienvenidos al encuentro con Raúl Schurjin.

Bienvenidos a La Huella.

martes, 6 de mayo de 2008

Alegre la tristeza



Sí, porque esa "tristeza alegre" se traduce en una tímida sonrisa al recordar a ese Padre tan pleno con sus pinceles y siempre envuelto en esos otros colores maravillosos que da la Música.

Ella, la Música, estaba hermanada con cada color y, siendo así... no faltó nunca en su taller.

Sí, las valijas del Tiempo cargan con todo, pero esos recuerdos inamovibles están y estarán siempre en el Hoy...


Raúl Schurjin (h)
Buenos Aires
Abril de 2008

No hay comentarios: