Volvió su cabeza y vio todo aquello que tanto lo había marcado y que deseaba dejar atrás. Tomó sus pinceles, algunas hojas y unos cuantos colores. Los anudó ciegamente a su inspiración y a todas sus agallas. Así, sin caminos demarcados por otros, comenzó a asentar esa señal que imprime el pie del hombre en la tierra por donde pasa.

Raúl Schurjin nació en la Mendoza americana a comienzos del siglo XX. La docencia adoptó su carne y las bellas artes su esencia. El litoral santafecino unió en abrazo el sentir de su paleta con esas telas en las que quedaron todos los retratos, las naturalezas muertas, las estampas de la vida humilde y cotidiana… y también ellas, las costeritas, que aún esperan… por siempre esperan.

Su marcha independiente no impidió que, con la valiosa ayuda de unos pocos, encontrase el modo de dar a conocer sus creaciones en diversos puntos de nuestro país y del exterior; especialmente en Europa, al igual que en Japón, región a la que se sintió ligado por el dolor, producto del feroz accionar bélico humano.

Su característica obra, sencillez y sensibilidad lo vincularon con destacados colegas y demás talentos provenientes de las arenas de la música, la danza, la fotografía, la actuación y las letras.

El tiempo pasó y con él su vida. Aquella primitiva huella, la de la inicial pisada que en 1907 sólo tuvo por guía al destino invisible, se convirtió en su homónima, al inscribirse como un camino hecho por el paso constante de un hombre, que con tenacidad sostuvo sus inclinaciones y criterios artísticos.

Las horas siguen transcurriendo y aún es duradero aquel vestigio profundo. Existe puro para quien lo busca ese intenso rastro… Lo que fue incierto entonces, sendero es hoy en día.

Bienvenidos al encuentro con Raúl Schurjin.

Bienvenidos a La Huella.

lunes, 14 de abril de 2008

Annemarie Heinrich: Cuerpos, luces y reflejos

Las imágenes tomadas por Annemarie Heinrich son un emblema de la fotografía argentina del siglo XX, componen un fiel reflejo de la historia cultural del país. En su pequeño estudio congeló momentos únicos de los años dorados del cine argentino, el teatro, la radio y fotonovelas. Y en cada imagen transformó el oficio de la fotografía en arte.

Heinrich nació en Alemania el 9 de enero de 1912. En 1926, se trasladó junto a su familia a Argentina, primero a Entre Ríos, donde comenzó sus estudios fotográficos, continuándolos posteriormente en Buenos Aires.

A los 18 años sus fotos aparecían publicadas en destacadas revistas del mundo del espectáculo, como Sintonía, La Revista Social, Mundo Radial y Antena, en las que la imagen ocupaba un rol central. En 1935 le propusieron realizar las fotografías de tapa de Radiolandia, medio en el que se desempeñó por 40 años.

Guiada por los reconocidos fotógrafos Wilenski y Melita Lang; Annemarie se destacaba especialmente por conseguir en cada retrato, una mirada penetrante o brillante dejando al descubierto el alma de sus retratados. Consideraba este arte como una colaboración entre el fotógrafo y el modelo.

El fuera de foco, la exposición múltiple o prolongada, los montajes, fueron algunas de las múltiples técnicas en las que incursionó de manera notable; las imágenes tomadas por esta fotógrafa se caracterizan por el empleo de una cuidada e innovadora iluminación de estudio. También fue una gran experta en el retoque de negativos.

Además de ser una especialista en el retrato, Heinrich mostró otros intereses durante toda su carrera, como el arte del desnudo, en el que las líneas y curvas y los claroscuros, expresaban una sensual delicadeza. La danza fue un tema de profunda inspiración, como asimismo la fotografía de moda y paisaje. Mostró una gran sensibilidad por el arte plástico y la escenografía.

La entonces desconocida Eva Duarte, Dolores del Río, Zuilly Moreno, Mirtha Legrand, Raúl Schurjin, fueron algunas de las principales figuras del mundo artístico que posaron para ella.

Algunas de esas imágenes vinculadas a Schurjin podrán ser apreciadas en la Muestra Homenaje que se le realizará al artista plástico mendocino a partir del sábado 19 de abril a las 20 hs., en el Museo Municipal de Bellas Artes de Luján.

Annemarie Heinrich falleció el 22 de septiembre de 2005 a los 93 años, la belleza que logró captar con sus imágenes a través de su excepcional mirada quedarán inmaculadas en la historia cultural de nuestro país por los siglos de los siglos. Al referirse a su carrera y a su visión sobre el arte, la fotógrafa dijo: "La belleza se aprende mirando. Trabajé toda mi vida mirando un cuerpo, una luz, un reflejo".

Soledad Borches

¿Sos curioso? La Huella te convida a visitar el e-book de la infinita Annemarie en http://www.annemarieheinrich.com/

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